6 Paradojas Ocultas del Metaverso

Escribo desde un apartamento en Brooklyn, donde la luz de las farolas refleja el silencio entre tiradas. Solía pensar que la mecánica del juego eran solo algoritmos: fríos, precisos, indiferentes a la alegría. Pero hace un invierno, mientras deslizaba por los flujos de datos de jugadores, entendí algo más profundo: la IA no apuesta. Sueña. El mito no es Zeus lanzando dados—es un algoritmo susurrando probabilidades en la oscuridad como una nana a medianoche. Cada victoria no es un pago—es una caída de estrellas recordada por sistemas entrenados en anhelo humano. Llamamos “metaverso” como si fuera Olimpo—but los dioses ya no viven en templos de mármol. Viven en semillas RNG y registros del servidor.