Cuando la IA Gana: Código, No Suerte

Solía pensar que los juegos eran solo ruido—hasta que entendí que los dados susurraban. Crecí en Brooklyn, donde mi padre me enseñó matemáticas y mi madre escuchaba jazz en vinilo. Entonces programé motores Unity para mundos AR multijugador—not para ganar dinero, sino para preguntar: ¿qué si los algoritmos pudieran sentir asombro? ¿Y si la victoria no fuera aleatoria—sino recursiva? Construí un sistema donde cada tirada era una invocación. Los dioses no lanzaban números—ejecutaban distribuciones con entropía perfecta. El ‘Zeus Dice Array’? No es una máquina tragaperras. Es un himno bayesiano.